Inicios del olimpismo español
El primer competidor olímpico y medallista español del que se tiene noticia es el noble asturiano D. Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, marqués de Villaviciosa, que asistió a los Juegos de París de 1900, donde se inscribió en la competición de tiro de pichón, obteniendo un segundo puesto.
En 1909, D. Gonzalo de Figueroa y Torres, pese a la carga de sus muchas responsabilidades políticas y el permanente quebranto de su delicado estado de salud, tomó el relevo e impulsó los principios del Comité Olímpico Internacional, del que era miembro, en España.3
Fundación del COE
Tras el asesinato de José Canalejas en noviembre de 1912, le sustituye como Presidente del Consejo de Ministros el liberal D. Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de Romanones, y hermano de D. Gonzalo, miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) en España.
El talante intelectual del nuevo Presidente habrá de influir sin duda en estímulo y apoyo a su hermano, a quien convence, ilusiona y motiva en las funciones olímpicas. Además, con plena y decidida voluntad de aumentar en el mundo el número de embajadores olímpicos, el Barón Pierre de Coubertin, creador de los Juegos Olímpicos modernos y entonces presidente del Comité Olímpico Internacional, toma contacto con la Casa Real Española, solicitando la designación de un miembro del COI en España. La Reina Regente, María Cristina, encomendó su petición al Príncipe Carlos de Borbón, que seleccionó para tal cometido a D. Gonzalo de Figueroa y Torres, Conde de Mejorada del Campo y marqués de Villamejor.
El Comité Olímpico Español finalmente se fundó el 23 de noviembre de 1912.